Siguiendo con la temática del post anterior, hemos decidido que vamos a hablar en sucesivas publicaciones, de lesiones más frecuentes, cómo prevenirlas, curiosidades… de todos esos deportes de moda, más practicados o simplemente curiosos.
En este post queremos hablaros del rugby, uno de los deportes con las tasas más altas de lesiones (69/1000 horas de juego), muy por encima del fútbol (28/1000).
¿Por qué es tan lesivo? Es un deporte de contacto, con una exigencia física y corpulencia que depende del puesto que se ocupe en el equipo, por eso es difícil la preparación física en común. Es un deporte intermitente, de colaboración y oposición, cuyo sistema energético predominante es el aeróbico (menor intensidad/más tiempo), combinado con el anaeróbico (mayor intensidad/menos tiempo).
Los esfuerzos físicos específicos del jugador de rugby son:
- Carreras: salidas, esprines cortos, esprines largos
- Carrera contra un adversario que nos ha placado
- Empujar contra resistencia
- Saltos
- Golpeo de balón
Por todo ello, es necesario determinar la aptitud médica para la práctica de este deporte con un examen médico anual.
Otra de las cosas que hay que señalar es que, a mayor nivel de juego y mayor edad de los jugadores, mayor es la tasa lesiva, pudiendo relacionarse con la mayor fuerza y velocidad de los jugadores que se traduce en colisiones más fuertes.
¿Cuáles son esas lesiones? El 20% afectan a cara y cabeza; el 5% afecta a tórax; el 25% afecta a miembros superiores; el 40% afecta a los miembros inferiores y el 8% afecta a la espalda. Según el tipo de lesión, las contusiones son el 20%, los esguinces el 25% (sobre todo de pie, rodilla y cervicales), las fracturas el 20% (nariz y arcos costales), las luxaciones el 10% (clavícula y hombro), los accidentes musculares/tendinosos el 15% (tríceps sural, isquiotibiales, cuádriceps, musculatura lumbar y cervical, tendones de Aquiles, rotuliano, del bíceps y del manguito rotador) y las heridas el 10%.
¿Cómo podemos evitar lesionarnos? Mismos consejos que para cualquier deporte:
- Calentamiento apropiado
- Ejercicios de movilidad
- Entrenamiento adecuado a la posición en el equipo
- Recuperación adecuada tras los partidos (descanso, hidratación, fisioterapia…)
- Preparación psicológica adecuada
- Nutrición adecuada
- Seguimiento médico
Ahora ya sabéis un poquito más sobre este deporte y como siempre os decimos, si a pesar de seguir todos nuestros consejos os lesionáis, no dudéis en asistir a los profesionales sanitarios adecuados para cada lesión. En Lashmi siempre tendréis un sitio para ello.
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