Continuamente escuchamos en nuestras consultas la pregunta: “tengo muy mal la espalda, ¿verdad? No sé por qué la tengo así…” La respuesta es que si unimos el creciente sedentarismo, con los trabajos de hoy en día en los que se adquieren malas posturas mantenidas durante mucho tiempo, da como resultado ver cada vez más dolencias tipo cervicalgias, dorsalgias y lumbalgias. Por ello, es importante adquirir hábitos de higiene postural tanto en las tareas domésticas como en el trabajo.
¿A qué nos referimos con higiene postural?
La higiene postural es un conjunto de normas, consejos y actitudes posturales, tanto estáticas como dinámicas, encaminadas a mantener una alineación de todo el cuerpo con el fin de evitar posibles lesiones.
El objetivo es la adquisición de los conocimientos adecuados y automatizarlos para proteger nuestra espalda a la hora de realizar tareas. Con esto conseguiremos tener una postura correcta tanto de pie como sentado o acostado, haciendo así las actividades más seguras y eficaces.
Posiciones básicas en las tareas diarias:
- A la hora de dormir: Escoger un colchón firme, que no sea demasiado blando. Lo mejor es dormir en posición fetal (de lado, con rodillas y caderas flexionadas), con una almohada entre las piernas. En caso de dormir boca arriba, debemos tener en cuenta a la hora de elegir almohada, que la cabeza debe quedar alineada con el cuerpo.
- Levantamiento de pequeños pesos desde el suelo: Es recomendable poner los pies algo separados (a la altura de las caderas) aumentando así la base de sustentación y el equilibrio y flexionar las rodillas evitando así flexionar completamente la columna. La fuerza se debe realizar desde las piernas y no desde la espalda.
- Traslado de pesos: Es mejor empujar que arrastrarlos, debemos repartir las cargas siempre que sea posible y llevarlos cerca del cuerpo.
- Postura mantenida de pie: Para evitar molestias en la zona lumbar, es interesante poner un cajón para reposar un pie durante la posición.
- En la silla de trabajo: La pantalla del ordenador se debe situar a unos 45 cm de distancia, frente a los ojos y a su altura, o ligeramente por debajo. Las muñecas y los antebrazos deben estar rectos y alineados con el teclado, con el codo flexionado a 90º. Los pies quedarán apoyados en el suelo con las rodillas a nivel de las caderas.
Con estos consejos, haciendo ejercicio y acudiendo al fisioterapeuta habitualmente ¡seguro que el dolor de espalda lo tendréis controlado!
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