En este post, queremos seguir con la dinámica de escribiros sobre todos los deportes más practicados en nuestro país, sus lesiones más frecuentes y cómo prevenirlas. Por todo ello, hoy vamos a hablar sobre el BALONCESTO.

Se define como un deporte de no contacto, pero realmente el contacto es constante entre competidores e incluso entre compañeros. Se trata de un deporte en el que se producen situaciones muy variadas: repetición de gestos, aceleraciones y desaceleraciones bruscas, desplazamientos laterales, saltos… Esto hace que el deportista esté continuamente activo, tenga una buena forma física y prepare bien las articulaciones antes de cada partido y entrenamiento. A pesar de cumplir todos los requisitos muchas veces no se puede evitar la lesión, lo que perjudica la evolución personal del deportista y también la del equipo.

Diversos autores nos han hablado sobre el porcentaje lesional del baloncesto. Todos ellos coinciden en que gran parte de las lesiones se producen en los miembros inferiores (más del 50%), tras ello se dan las lesiones que afectan: al tronco (17-18%), las de extremidades superiores (12-16%) y, por último, lesiones que afectan a la cabeza (7-9%).

¿Cuáles son esas lesiones, cómo podríamos evitarlas y qué hacer tras ellas?

  • PIE:
    • Esguince de tobillo (la más frecuente): siendo el ligamento lateral externo el más afectado.  Esta lesión se suele producir al caer de un salto o al pisar a otro jugador. La mejor forma de prevenir esto es hacer una buena recuperación, con “reposo”, elevación, compresión y frío local en una primera fase y posteriormente hacer carga precoz con vendaje funcional o uso de una tobillera que limite sólo el movimiento del ligamento lesionado. Y por supuesto acompañarlo de un buen tratamiento de fisioterapia. Para prevenirlo, muchos jugadores juegan y entrenan con un vendaje funcional.
    • Edema óseo (dentro del hueso debido a la fractura de las trabéculas óseas). Se produce por un fuerte impacto o impactos repetidos. El tiempo de recuperación suele ser de varios meses hasta un año. Además del reposo que requiere esta lesión, podemos intentar acelerar su recuperación acudiendo al fisioterapeuta para recibir sesiones de magnetoterapia.
    • Tendinopatía Aquílea, a veces acompañada de inflamación en la bursa (bursitis). Suele deberse a una sobrecarga muscular, un traumatismo o por un calzado inadecuado. Los ejercicios excéntricos, estiramientos, frío local… además de un buen tratamiento de fisioterapia son necesarios para recuperarse lo antes posible tras lesionarnos o para prevenir la lesión.
    • Fascitis plantar: Se puede originar mayoritariamente por las carreras sobre superficies duras o tener demasiado tenso el tendón de Aquiles. Sin embargo, la causa frecuente es la sobrecarga de la zona, algo que aparece en muchos partidos intensos o de mayor duración de lo habitual. Un correcto descanso tras los partidos y las sesiones de entrenamiento sumado a un tratamiento fisioterapia para descargar, acabarán con ese problema y lo prevendrán.
  • RODILLA:
    • Ligamento cruzado anterior (LCA): Encargado de estabilizar la rodilla y frenar el movimiento hacia delante de la tibia sobre el fémur. A menudo, juntamente con esta lesión, se produce una rotura del ligamento lateral interno y del menisco interno. El mecanismo lesional se produce por una torsión en la rodilla con el pie fijo. Es importante fortalecer sobre todo la musculatura isquiotibial para evitar o reducir el riesgo de padecer esta lesión. Los ejercicios pliométricos y/o de salto nos ayudarán a conseguir fortalecer toda esta zona. Si tenemos la mala suerte de lesionarnos, esta lesión requiere siempre de intervención quirúrgica si se quiere volver a practicar un deporte de arranque y frenada, como el baloncesto. El tiempo de recuperación postcirugía es largo, pues requiere un trabajo de fisioterapia específico para ganar rango de movilidad y fuerza en cuádriceps e isquiotibiales.
    • Rotura de menisco: Esta lesión se produce por una torsión de la pierna con la rodilla en flexión. Dependiendo de si el tratamiento es conservador o quirúrgico la recuperación puede ser más larga o no. Para prevenir este tipo de lesiones, es imprescindible un buen entrenamiento con el preparador físico para evitar que se dé el mecanismo de lesión.
    • Tendinopatía rotuliana: se produce debido a la tracción y sobrecarga de los cuádriceps. Se previene igual que en caso de tendinopatías Aquíleas.
  • TRONCO:
    • Lumbalgia: de origen muscular o por hernia discal. El ejercicio específico de la zona y sesiones de fisioterapia, prevendrán la aparición de estas lesiones o nos mejorarán tras ellas. Esta lesión se produce por impactos en los saltos y por la hiperlordosis lumbar (aumento de la curvatura).
  • HOMBRO:
    • Luxación de hombro: Provocadas normalmente por caídas al suelo apoyando la mano. Su tratamiento, dependiendo de la gravedad suele ser conservador (inmovilización y fisioterapia) o quirúrgico.
  • MANO:
    • Esguince de las articulaciones interfalángicas: existen 3 grados desde la distención hasta la rotura de ligamento. La causa principal es un golpe o que el dedo quede enganchado en una posición antinatural. Para su prevención, muchos jugadores utilizan vendajes funcionales y se recomiendan ejercicios de fortalecimiento específicos. Tras la lesión, el papel de la fisioterapia es fundamental.
    • Fractura de dedos: por impactos contra el balón, otro jugador, el suelo el aro o el tablero. Son problemas inesperados por lo que son difíciles de prevenir. Sólo en las lesiones más graves se optará por un tratamiento quirúrgico, que requerirá de un posterior trabajo de recuperación y fisioterapia. Para el resto, se optará por un tratamiento conservador.
  • CABEZA:
    • Suelen ser traumatismos contra rivales o contra el suelo, de distinto grado de gravedad. Son poco frecuentes y difíciles de prevenir.
  • TRÍCEPS SURAL E ISQUIOTIBIALES:
    • Merecen una especial mención dado al elevado porcentaje de lesiones en estos grupos musculares en el deportista que practica este deporte. Su prevención y tratamiento es mantener la musculatura flexible y fuerte a través de estiramientos, ejercicios y sesiones de fisioterapia.

Para concluir, y como siempre os recordamos que, para hacer deporte hacen falta 4 cosas fundamentales: actitud, un buen entrenador, un buen preparador físico y, cómo no, un buen fisioterapeuta. Sin ello, nuestra vida deportiva no será larga ni fructífera.